lunes, 5 de abril de 2010

Tres de marzo


La verdad es que ya

no me siento con ganas de ser

tu mejor amiga para siempre,

pero si quieres

podría invitarte a un café

y conversar como si nada hubiera pasado

como cuando discuto con mamá

y a mi regreso a la casa

la ayudo a poner la mesa

y me toca bendecir los alimentos

y también los comensales.

No te pediré excusas

no vaya a ser

que te atragantes con tus orgullo

y me culpes también

de saber hacerte llorar,

como si de sufrir solamente

la vida se tratase.

Será muy sencillo,

no lo compliquemos más,

si te viene bien el martes

podemos quedar.