lunes, 29 de noviembre de 2010

Superguays





Éramos frágiles

como las gotas de lluvia

entre las púas de un cactus.


Fragiles,

como un televisor de plasma

y después de todo,

igual de vacíos.



Fotografía tomada de Google.

martes, 23 de noviembre de 2010

Manifiesto



Ojalá no fuera fuerte el magnetismo que me arrastra hacia ti...
poco a poco las fronteras se disipan y el humo se vuelve incoloro.

Y ya puedo verte,
aunque me da miedo que me mires.
Que me mires y descubras,
todo aquello que está escrito con mi nombre.

Es absurdo que los miedos nos asalten ahora,
como si algo peor que esto pudiera pasarnos.

¡Joder! no quise decir que fuese malo amarte,
pero desde luego es malo si tu lo sientes así.

Y seguiremos mirándonos a escondidas entre los pequeños agujeritos
del biombo que nos repara de lo inconfesable.

Ahora,
nunca,
mañana mismo,
viajando entre nuestros cuerpos celestes.



Fotografía tomada hace un tiempo en Bilbao.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Angus and Julia Stone - And The Boys

¿Por qué hay canciones que explican tan bien lo que ni siquiera nosotros podemos explicar?

"It´s been days now
and you change your mind again
it feels like years
and i can tell how time can bend your ideas

and the boys go on and on and on and on
and the boys go on and on and on and on
and there´s gold falling from the ceiling of this world
falling from the heartbeat of this girl
falling from the things we should have learned
falling from the things we could have heard".




¡Espero que os guste! La canción es del grupo que titula mi entrada. Tiene muchísimas canciones que descubrir. Lo podeis encontrar en Spotify.
Un saludo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Preámbulo


La vida es como un lienzo pequeñito rodeado por un marco aún más pequeño,
bueno, creo que en realidad la vida no se puede entender sin es ese marco.
La vida es al mismo tiempo ese espacio en blanco y ese lugar colorido en que cualquier pincelada puede salpicarnos y hacernos cambiar de semblante por completo.

<< ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que tienes que pensar? Yo también te quiero. No es justo. Yo no he hecho nada. ¡Y yo que sé! Pregúntaselo a ella. Lo siento >>.

La vida, esa constante de desencuentros y ensoñaciones.
Donde pedir perdón por implicar constantemente a los demás no sirve de nada,
ni tampoco se puede evitar.

Yo apenas la conozco, pero sé que mi felicidad intercede en la suya.
Es curioso saber que mi bienestar hace infeliz a otra persona.
La verdad, creo que ahora que ya me han rociado de muerte no podré soportarlo más.
Creedme.
Es tan curioso como autodestructivo saber que si rechazo lo que quiero,
ella sonreirá mientras yo vuelvo sobre mis pasos.
Desolación.

Bueno, tal vez esto sea más destructivo que autodestructivo
y más triste que autodestructivo, destructivo y curioso.

“¡Eres un impaciente! ¿Cuándo? ¿Has hablado con ella? Cuídate. Suerte”.

Nuestras palabras ya no buscan ser comprendidas, ni nuestros gestos aspiran a ser observados. La comunicación telefónica nos impide actuar, arreglarlo todo.

“¿Cómo hemos llegado aquí?”

Jamás admitiría haber soñado contigo esta noche, pero hoy mis sábanas no olían a ti...

Yo tampoco sé qué me pasa, qué nos pasa y por qué estamos haciéndonos daño.
¿Cómo es que nos duelen las manos, si no estamos construyendo nada?
No es que hoy mi obligo me brinde las mejores respuestas, pero acércate, acércate a él.
Eso me da risa.

Inmersos en esta destrucción que nos atrapa, en ésta catástrofe emocional que nos retiene lejos. Siempre cerca, pero tan lejos.
Nos deshacemos como achicoria en agua,
y también la gente que nos ama se disuelve en éste maldito preámbulo.


Fotografía tomada en Tolosa.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Porcelana

- Tengo dudas.

- En realidad todos las tenemos.
Hoy mismo he decidido cambiar
de acondicionador y la verdad es
que aún no sé cual comprar…

- Ya… pero…

- Pero, ¿qué?

- Nada.


Úrsula vivía en el número veinticuatro de una céntrica calle de alguna ciudad del norte de España. Y su mente trabaja día y noche, noche y día, en temas del corazón, sin permiso de residencia. Sus dudas, nada más allá que un reflejo de lo que su corazón sentía.


“Pero… a mí me despiertan por la noche y se alimentan de mi alma hasta acabar con mi apetito”.



Fotografía de Rolf Hicker