14/2/10

Puedo negarlo.

De hecho, suelo hacerlo.

Prefiero decir que no me hace especial ilusión que sea San Valentín, para no quedar como una idiota. Soy mayor para estas cosas, o básicamente, san Valentín no está de moda. Hoy la moda es pasar de todo. Ir de postmoderno, par ser moderno, es curioso. Pero la verdad es que aunque sólo lo admita esta vez, y no lo vuelva a decir más, me gusta san Valentín. Me emociona poder pasarlo tirada en el sofá viendo cine con él. Y que me mire, y me diga lo guapa que estoy, comiendo helado de tarta de fresa y en pijama. Porque eso es lo bonito, que alguien pueda compartir contigo lo que para ti es importante. En el fondo no es que sea importante que sea san Valentín, lo importante es respetar la importancia que tiene para el otro un momento y dedicarse a hacerlos felices. Ha hacerlos sentirse especiales, como si nada más estuviera pasando en el mundo, como si fuera la primera vez. Con entusiasmo. La clave es entusiasmarse por hacer feliz al otro, o en un día a día; por mejorar, aprender, por crecer en la vida, por alcanzar unas metas, sonreir cada mañana al que se despierta con nosotros. Entusiasmo al preparar una cena, planear un viaje, realizar unas bonitas fotos…

He salido volando de lo que quería deciros. Sólo buscaba que vierais san Valentín como otra cosa que no sea; estar el día haciendo el canelo con nuestra pareja, un día para los ñoños o para los cutres. También hay gente que lo necesita. Que tiene la necesidad de que días así existan para pensar especialmente en su pareja.
Para todos aquellos que discrepen, espero tengan en cuenta que yo no invito a la celebración material de San Valentín. Sólo invito a una recapacitación sobre un día como este. A veces el mejor regalo es la conversación que surge entre las dos personas tras el café o cuando han salido a cenar.
Espero que cada uno sepa apreciar el valor del amor y la importancia de un día para los enamorados, sobre todo para los que no son propicios a expresar sus sentimientos.

San Valentín es todos los días.

Igual que hay día del padre y el resto de los 364 días del año, los señores que son papás lo siguen siendo.

Feliz 14 de febrero de 2010.
Un saludo.